lunes, 23 de mayo de 2011

Efectos gramaticales

El verbo más conjugado en el discurso contrito y humillado de Zapatero ha sido "reflexionar", siempre en tiempo futuro. Rajoy, en cambio, ha conjugado con entusiasmo "trabajar" delante de sus fieles. Son los efectos gramaticales del bombardeo electoral: uno y otro se familiarizan con verbos que jamás utilizan en la vida cotidiana.

La ciudad interminable




Una semana en Italia. Siete días dan para mucho, incluso para no visitar el propio blog. En Roma volví a la Via Giulia, mi calle favorita. Allí todavía se puede pasear entre palacios barrocos, decadentes, silenciosos. Una frontera invisible separa la calle de los circuitos de turistas y peregrinos, enredados a pocos metros de allí. La Via Giulia es una dama aristocrática que mira con desdén a las masas interceptadas por los puestos de helados y las pizzerías del Campo dei Fiori.
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O tener la suerte de subir a una azotea frente a la Piazza Navona. El sol no me impidió mirarle los ojos a la cúpula de Santa Agnese.

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Y otra recomendación si se viaja allá hasta el 22 de junio: la maravillosa exposición sobre Lorenzo Lotto en el Quirinal (véase aquí). Pintor espectacular que sólo conocía en cuadros sueltos. Maravillosa y rarísima Anunciación que parece haber sido pintada en el siglo XX, con la mano surrealista de Delvaux o de Balthus.. He leído que se trata de una visión "cotidiana" del milagro. Se quedan muy cortos. Nunca he visto, que yo recuerde, una Virgen con esos ojos alucinados y  vuelta de espaldas al libro. ¿Y qué pinta ese gato huyendo, símbolo diabólico, en el centro mismo del cuadro?




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Roma: ciudad eterna, sí, y ciudad interminable.

viernes, 20 de mayo de 2011

Madrinas de guerra

Por culpa de un tribunal de tesis doctoral sobre epistolarios del XIX, me he puesto a leer algunas cosas sobre la historia de la carta, ese género asesinado por la Red y por el que nadie ha entonado un réquiem, que yo sepa. Será que estamos todos muy emocionados con el nuevo juguete.
Pero, a lo que iba, leyendo sobre el particular, me encuentro un estudio sobre los recetarios para escribir cartas en España entre 1927 y 1945 (Verónica Sierra, Aprender a escribir cartas, Gijón, Trea, 2003). Allí me entero de que, durante el conflicto del 36, era muy común que los soldados eligiesen a una chica desconocida como "madrina de guerra". Los dos se cruzaban cartas en las que la chica cumplía el sagrado deber de alentar la moral del combatiente. Parece que la figura de esta pseudonovia (a veces la cosa terminaba en noviazgo) apareció por primera vez en la Gran Guerra. En la nuestra tanto los varones republicanos como los nacionales encontraron consuelo en las líneas de aquella que era, literalmente, la mujer de sus sueños. 
 Los manuales de escritura de cartas recomendaban una determinada estructura (igual que en los casos de cartas de felicitación, pésame, amorosas, etc.). Lo que pasaba es que, por las circunstancias, la retórica de la época se imponía. Así, por ejemplo, en cierto modelo de carta, se recomienda empezar al soldado su petición de la siguiente manera:

Distinguida y bellísima señorita:
El objeto de la presente es para lograr de su bondad sea mi madrina de guerra en esta campaña de Cruzada por Dios y por la Patria,de la cual soy combatiente..." Etc.

A su vez, la simpática madrina in pectore debía contestar de la siguiente forma:

He de confesarle, y lo hago sinceramente, que hace tiempo deseaba el recibir la solicitud de algún combatiente para que fuese su madrina de guerra. Yo anhelaba porque me parecía que con ello ayudaba, aunque fuese moralmente a la causa de bellos ideales que defiende el Glorioso Ejército Español dirigido por el Caudillo y Generalísimo Franco...". Etc.


¿De qué hablaban en la correspondencia? De trivialidades la mayor parte de las veces. Pero las cartas acompañaban en medio de la soledad de la trinchera. Bien es cierto que la cosa podía tener su punto de hipocresía, porque en ocasiones el melancólico soldado tenía novia formal. Pero también había mucha gente deseosa de algún refugio sentimental, porque de hecho las madrinas de guerra surgieron como una necesidad creada para aquellos militares sin familia. En los periódicos se podían leer anuncios como éste:

Soldado gallego, que lejos de su tierra "meiga" siente la nostalgia de sus atardeceres, pide una limosnita de cariño a una galleguiña que sepa comprenderle y quiera servir de Madrina, enviándole en sus cartas los consuelos que necesita para olvidar ausencias. 
José Concheiro.


Pobriño...

miércoles, 18 de mayo de 2011

Las acampadas en verano

Al principio me cayeron muy bien. Me pareció que, al fin, se agitaba la bandera de tantos españoles que no nos sentimos representados en esta democracia que nos venden. Pero luego tampoco me sentí representado por ellos. "Lo queremos todo", decían en uno de sus eslóganes. Nunca me he sentido con derecho a todo, ni siquiera cuando estaba empezando.
Y ahora me pregunto qué pasará después, dentro de unos días, dos o tres semanas, cuando el tsunami diario de noticias barra con ellos, con sus indignaciones y sus reivindicaciones de felicidad para todos. ¿Qué sucederá el 23, el 24, el 25 de mayo? ¿Y en junio? ¿O en julio, cuando en la Puerta del Sol se superen los treinta grados? ¿En medio de las vacaciones de agosto la gente seguirá pendiente de estos aguafiestas? Uno se acuerda de aquella carpa de los maestros argentinos reclamando un sueldo digno frente al congreso de Buenos Aires. Duró años, pero no sirvió de mucho. Los políticos, tan zorritos ellos, saben que el tiempo y los medios de comunicación juegan a su favor. Y de momento cada uno se limita a reaccionar como Antón Perulero: cada cual atiende a su juego. Rajoy barbota que lo fácil es criticar a los políticos, olvidándose quizá de lo difícil que es ser autocrítico. Felipe González, desde la atalaya de su infinita experiencia, observa que esas acampadas son un fenómeno inspirado en las revueltas árabes. Lo que me gusta de los viejos políticos es su perspicacia, su originalidad. En cambio, Zapatero, más afectado por el problema (pero no mucho, que si se acerca demasiado, luego no puede dormir) proclama que "es una expresión democrática que hay que escuchar". Si hay un político de raza en alguno de los dos partidos, escuchará de verdad a los acampados después del 22 de mayo. Lo malo es que están todos sordos.

martes, 17 de mayo de 2011

Sobre los modos de conquistar países

Hoy en día los imperios no se hacen por medio de la anexión militar, sino por un truco más civilizado como la conquista de mercados. Grecia, por ejemplo, es tierra conquistada por Alemania, en buena medida gracias a los propios griegos. A Irlanda y Portugal les quedan dos telediarios. Y España... Ahora que estoy leyendo a Maquiavelo, leo ese pasaje que me parece profético:

"Hay tres maneras de mantener el dominio de los estados conquistados que antes vivían libres con leyes propias. La primera, arruinarlos; la segunda, ir a habitar personalmente en ellos; la tercera, dejarlos vivir con sus propias leyes, recabando tributos y creando un gobierno oligárquico que se conserve amigo tuyo..."

Y algo más adelante: "Pero no hay mejor forma de posesión que la ruina".

lunes, 16 de mayo de 2011

La ciudad como juego




Siena. Una ciudad pequeña con diecisiete barrios separados por banderas coloridas y emblemas infantiles y zoológicos (el barrio del elefante, de la lechuza, del águila, del rinoceronte, etc.). Uno pensaría que es la ciudad más italiana del mundo, por lo caótica y lo hermosa, pero también por estar dividida en pedazos al cual más pequeño y extravagante. Un paseo por las tres calles del "muy noble barrio de la Oca" te lleva, de pronto a las cuatro callejuelas del "Barrio imperial de la jirafa". Viniendo de la muy racional Pamplona, todo esto no parece muy serio, gracias a Dios.

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En el museo de la catedral, entramos en las salas de pintura del Trecento. El guardián, apenas un muchacho de dieciocho años, vigilaba frenéticamente los juegos de su consola nintendo. De pronto, en la sala, coincidieron dos miradas: la nuestra, posada sobre las imágenes medievales, cristalizadas en su fondo dorado de siglos; y la del chico, moviendo los ojos a toda velocidad detrás de sus dibujitos de Pokemon. Todo un símbolo para dos modos de búsqueda en el mundo.

sábado, 14 de mayo de 2011

Variación en torno a un tema de Arreola

He vuelto a soñar con la mujer que amé. Estaba donde la había dejado. Durante un rato hablé yo solo. Intenté tocarla y ni se movió. Háblame, le pedí después. Pero la mosquita muerta no levantó el vuelo de sus labios entreabiertos.

viernes, 13 de mayo de 2011

Después del apocalipsis

Ahora que se restablece la normalidad, infinidad de blogueros nos preguntamos con angustia qué ha podido suceder, qué crímen pudimos cometer para que nos borraran nuestras valiosísimas aportaciones de las últimas horas. Recuerdo que la mía, la que me ha desaparecido, empezaba así: "Una semana en Italia da para mucho, incluso para no visitar mi propio blog. ..." Ya no recuerdo más. (¿Habrá sido un castigo de Mr. Blogger por mi insolencia?) Algunos ya empiezan a preguntarse si no será una señal del cielo, una advertencia de lo que ha de venir, que si todos habremos de pagar a partir de ahora, que si responde a conspiraciones entre poderosos... Bueno, por mi parte, yo qué sé. Si me quitan el juguete, me iré con la música a otra parte, y santas Pascuas.

lunes, 2 de mayo de 2011

Soledad

Me puse a esperar al fantasma detrás de la puerta. Pasaron las horas. Cuando por fin cruzó el umbral, le grité con toda mi furia. Pero no me hizo caso, ni me vio ni me escuchó, el muy inconsciente.

domingo, 1 de mayo de 2011

Torturado Sábato (1911-2011)

Debía de ser el año 90 cuando me encontraba en Buenos Aires preparando mi tesis sobre el gran narrador y poeta argentino Leopoldo Marechal. Supe que otro escritor que yo admiraba, Ernesto Sábato, había sido su amigo y que, sin importarle las diferencias políticas que los separaban, había defendido públicamente a Marechal en momentos difíciles. Un gesto típico de su independencia como intelectual.
Llamé a Sábato por teléfono. La entrevista duró una hora larga. Sábato se excusaba cien veces de no recibirme en su casa por motivos de salud; luego se arrepentía y me invitaba. Daba vueltas por mil temas y, cada cierto tiempo, me preguntaba por España, por Pamplona y los Sanfermines. A veces hablamos de su amigo. Por fin, me prometió que, si yo le llamaba a tal día y cual hora, él ya sabría si podríamos vernos en su casa. Caí en la trampa tres o cuatro veces más y conversamos telefónicamente otras tantas horas, después de las cuales me citaba para volver a hablar a la semana siguiente. A la quinta llamada telefónica, Sábato tuvo una idea:
-Mire, hagamos una cosa. Yo le voy a escribir en una hoja todo lo que puedo decir sobre Marechal y se lo voy a dejar en un sobrecito a su nombre en la confitería X de la calle Córdoba al número 12… Vaya allá y pregunte por el sobre. Los muchachos me conocen y se lo darán.
Allá fui y recibí un sobre personalizado con la temblorosa letra del maestro. Con el paso de los años he visto en esta pequeña historia un símbolo de la tortuosa literatura de Sábato. Apenas tres novelas y algo más de una decena de ensayos bastan para configurar una obra incitante y polémica. La mayor parte de sus seguidores ama El túnel, un relato sobrio y directo, muy en la estela existencial de un Camus. Pero la obra mayor de Sábato, aquella por la que merece ser recordado entre los grandes, es, en mi opinión, Sobre héroes y tumbas, auténtico novelón que recorre los mundos y submundos del Buenos Aires de los años cincuenta. Martín, Alejandra y Fernando son tres protagonistas dignos de una tragedia clásica, y, alrededor de sus ideas y pasiones, aparece toda una multitud de temas y personajes. Nunca Sábato llegó más lejos que con esta novela amplia y ambiciosa, imaginativa y torturada, la obra de un escritor asediado por sus fantasmas y en perpetua búsqueda del Absoluto.  

(publicado hoy en La gaceta)